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jueves, 12 de agosto de 2010

El crimen de una eternidad amada

La noche me sigue hoy, 
y por más perpicaz que quiera ser 
¡No puedo! 

Existe aún esa esperanza 
rozándome de paz y alegría el alma. 

Sé que me iré y volveré, 
de las historias de siempre y hacia ellas, 
como el vicio mismo que me hace volver 
es el que en algún momento me hizo irme. 
Y si me voy para volver luego?
y si regreso para volver a irme?
¡No son sólo sueños! 
¡Otro que se va! Pero sigue allí… 

Y los capítulos de mi vida 
circundando los mismos anhelos, 
porque me rehuso firmemente a aceptar, 
aceptar lo grotezco que se vuelve 
ante el mundo normal… 

Él me dijo alguna vez 
que debía cambiar, 
pero si sé que puedo luchar 
¡Lo hago! 
Grito y callo, 
y sonrío y lloro… 
para luego enamorarme de otro hallazgo loco… 

Es verdadero, 
el tiempo pone trampas, 
cautelosamente algunas veces se cae en ellas. 
Y si caigo, me levanto 
y entonces corro un rato; 
sintiendo la transparencia del viento 
como se carcome los nervios en mi rostro 
y me llena de paz las manos… 

Me despierta en el olfato… 
el olor de ese alguien que me tumba el ánimo 
y en silencio voy murmurando cuánto lo hice mío… 

¡Sí! ¡Eres mío! 
y también lo fuiste, 
y no te comparto… 
Tu me entiendes ¿Cierto? 
Tus ojos me logran ver, Eliseo 
y los míos te esperarán sin llanto desesperado; 
porque lo sé, 
sé que esta historia ciertamente no se ha terminado, 
ni lo hará nunca… 
Tu lo sabes… 
y también te lo preguntas… 

Que ¿Quién soy? Dices… 
soy una loca, 
ojos me miran con mirada idiota. 
Pero estoy bien cuerda, 
el llanto de mi corazón 
va susurrado el clamor que me producen tus labios… 
No lo callo, me lo guardo. 

¿Te he contado? 
Si en miles ocasiones te he amado 
como los minúsculos vapores 
que me aspiran de tu cuerpo 
para conmigo llevarte 
y me van cantando… 
Yo los oigo, te escucho retumbando, 
deshaciendo los cardenales cada noche que te guardas, 
las mismas en las que yo me oculto… 

Hiriéndome con el a veces vano recuerdo… 
Yo te recuerdo, niño eliseo, 
te recuerdo como quién me tomó 
en sus fuertes brazos, 
planeados movimientos 
que me derritieron haciéndome trizas de amor, 
del denso fragor 
que tuvimos en aquellos momentos. 

No te miento, 
no puedo hacerlo, 
y decirte que eres mi deseo, 
no lo niego, 
daría mucho, 
contigo huiría, 
y los lugares que toquemos 
serían mas que nuestros, 
pues ellos para esperarnos nacieron… 

¿Quieres que te congele de mordiscos el pecho? 
Sabes que lo puedo, 
así como destrozas mi corazón para llevarte, 
en cada poro, una parte de él… 
yo te llevo, en cada poro, también… 

Soy tu niña, 
soy tuya y lo seré por siempre; 
me reiré contigo mientras tu rías, 
y lloraré mientras a ti las lágrimas te asfixian. 
Sufrimos de lo mismo ¿Lo recuerdas? 
Es por esto que siempre estaremos juntos, 
nos unen lazos más fuertes que los extremos fríos… 

Ciertamente niño, 
yo te he querido por quién eres, 
y por quién escondes ser; 
te veo claro, 
cohibiéndote y controlando, 
mientras, 
yo te sonrío. 

Aunque triste me encuentre, 
río, grito, 
y en carcajadas llenas de polvo terso 
las palabras limito… 

Te estoy besando la frente, 
¿Me sientes? 
¿Sientes cómo mis labios suaves 
indigan las razones que de mí te alejan 
y te llevan, para luego, 
conmigo volver a juntarte? 
¿Lo has notado? 

Yo de grandes abismos hablo… 
Yo quisiera caminar contigo hacia el mundo, 
y reirme contigo tras los muros, 
y verlo todo como si mirando 
cual película chistosa 
nos calleran los días llenos de cosas… 
… Feas, lindas, raras y locas. 

Me atrevería, 
por decisión obtusa, 
a inconcluir más aún esta aventura, 
Te rozaría, 
con mis palabras, 
en el alma la idea de arriesgarlo todo 
e irnos volando, 
protegiéndonos las malas caídas 
y las desventuras… 

Tampoco soy ciega niño, 
lo único que nos separa, 
se reduce siempre a lo mismo. 
Lo mismo suficiente para engrandecerse 
Y hacerse “invencible”… 
Pero ante nosotros, 
será siempre sólo eso… 

Cada día que se me pasa 
lo siento como una infinidad, 
de mis pensares y sentimientos, 
¿Qué estarás haciendo? 
Niño lindo, niño feo, 
mientras la imaginación me lleva 
a contigo una vez mas juntarme 
y hacernos los dos uno solo… 
Por encima y por debajo… 
De las tierras y de los mares… 

Crueles sensaciones, 
crueles noches, 
crueles quienes nos separan, 
Pero ¡benditos! 
Pues hacen que más bien 
a tu lado regrese 
y quiera por siempre quedarme… 

Nos juntan, nos unen, 
y me disfrutas más como lo prohibido 
que el sabor de mis labios pueda 
por siempre dejarte… 

Ana Lía Casvar 2004

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