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jueves, 21 de octubre de 2010

Creo que ha llegado la hora…


He caminado sobre la sicosis por mucho tiempo, pero hoy de repente, en este mi mundo, al cual llamo el Malpaís de Plutón, me he detenido estupefacta ante la verdad que se me postra algo intangible ante mis ojos, solía ser más intangible antes ¡eso es un avance extraordinario! Y entonces puedo ver que hoy por hoy, en este momento, puedo decirme a mí misma frente al espejo: “Hoy es el primer día del resto de mi vida” y ¡así lo es! Entonces tomo todo el conjunto de mochilas que he estado cargando y las regalo, ¿por qué? Bien, pienso que cada persona puede decir ciertamente “Yo soy yo y mis circunstancias”, lo cual es verídico, sin embargo, cuanto más se hace una carga de pesada más, por ende, cuesta cargarla y yo de verdad que no le he encontrado mucho sentido a cargar el pasado, ¡necesito regalar mis mochilas! No quemarlas en la fogata porque eso sería indicar que resiento algo y ya no quiero resentir nada, siento en paz el alma, como cuando una cerró un capítulo que puede volver a leer sin agregarle algo más, porque ya está escrito, de todas maneras de esa forma leerlo no es interesante ¿cierto? Es un tipo de truco mental, me “auto-truqueo” para salvar mi esencia y proseguir.

Me di cuenta hoy que tengo que regalar mis mochilas, ni siquiera es venderlas, no seamos mezquinos, dejémosle a la vida y sus ironías esta aventura o desventura, que estas mochilas mías se las encuentre alguien que tiene que encontrárselas y que, por ende, cumplan su función de existir, porque ciertamente en mí ya no cumplen ninguna función, el pasado se quedó en el pasado y así, amigos, ¡es como se vive mejor!

Me he sentado a contemplar el mundo hoy desde una colina, y he sentido como corre la vida por mis venas, más que su propia sangre, como la vida es todo lo que tengo y todo lo que puedo decir, sin tapujos o miedos ni dudas, que realmente tengo, por ejemplo, tengo vida, esto me da un millón de posibilidades de diversos tipos para realizar diferentes proyectos y ese poderío es absolutamente satisfactorio, me llena el alma saber de lo que puedo ser capaz, más satisfacción sentiré cuando vea los frutos de mis deseos hechos realidad, por eso como tiene un amigo en el MSN IM: “Ayer es historia, mañana es misterio, hoy es el presente”, así que si tengo que decirlo puedo decir plenamente: “el presente es lo único que tengo, regalé mis mochilas del pasado y el futuro aún no llega, soy dueña de este momento” y es entonces cuando viene la incógnita y crucial problemática mental: ¿qué es lo que quiero?

Como hoy es el primer día del resto de mi vida puedo definir qué es lo que quiero para el resto de mi vida y qué es lo que no, sin tomar en cuenta en qué la cagué en el pasado (en el sentido de lamentarme por ello) puesto que ya regalé las mochilas y puesto que nada se puede hacer al respecto, lo que pasó no se puede cambiar, entonces afronto que hoy, el primer día del resto de mi vida, no quiero ser como fui cuando cometí  errores, no quiero dejarme la mente gastar sus pensamientos, primeramente, en el pasado, segundamente, en las situaciones que tienen obvias salidas pero que porque la mente es tramposa le busca otras, tan sólo porque esas tan obvias son difíciles o complicadas… me he dado cuenta con el paso de los años que lo más complicado de las situaciones es en realidad tener las agallas y la voluntad para finalmente tomar las decisiones y acarrear con las consecuencias de cada decisión, sencillamente porque cada punto de partida tiene su sacrificio: algo que se deja o abandona, y también tiene un destino: el mismo objetivo de la decisión; NADIE dijo que sería fácil y es por eso mismo que cuesta tanto y también es por eso que la mente nos juega sus trucos de mala muerte, siempre es difícil el cambio, más es necesario, ¿recuerdan? “El que no cambia se extingue” y “Lo único que es constante es el cambio”.

Entonces he llegado a este punto: ¿qué es lo que quiero para el resto de mi vida? ¿Quiero seguir en la agonía de la indecisión? ¿Distraerme de mis tareas y gastar el tiempo en actividades sin sentido para luego, inevitablemente, en algún momento llegar al mismo punto y decir: tengo que hacer algo al respecto, y después otra vez (cíclico) distraerme y no hacer nada…? En eso se pueden ir años de años y es triste darnos cuenta cuando es tarde, por eso hoy, que aún estoy a tiempo, quiero abrir mis brazos y dejar salir mis alas al inframundo (por llamar de alguna forma al lugar donde tenemos que volver a empezar), al lugar que todos saben que existe pero  nadie tiene el valor de ir, ¿por qué? Porque es más sencillo y cómodo no ir. Y ¿por qué yo sí quiero ir? Bueno porque estoy cansada de perder el tiempo, de ir en ciclos eternos, de que las maletas me pesen y de no tener horizonte, necesito el sentido.

Así que… ¿Qué es lo que quiero? Quiero poder ser libre, sin olvidar que siempre “la libertad de cada uno termina donde empieza la del otro”. Quiero sincronizar mente, cuerpo y espíritu. Quiero definir mis objetivos y luego  ponerlos en orden, comprarme un cuaderno nuevo documentar todo este planeamiento, tengo mis objetivos personales, objetivos laborales, objetivos intelectuales, hasta objetivos de belleza y salud, una vez que marque cada objetivo seguidamente tengo que plantear mi forma de llegar alcanzarlos, el lapso para ello y su continuidad con los demás objetivos, es decir, qué es lo que debo hacer para alcanzar cada uno de mis objetivos, en cuánto tiempo aproximado voy a cumplir cada objetivo, con qué frecuencia tendré que tomar una acción para poder llevar a cabo el objetivo y que tan continuo tiene que ser todo esto; una vez estipulado y documentado todo de forma particular para cada objetivo necesito proponerme a mí misma una o varias fechas de revisión durante todo el trayecto para así revisar cómo va el desempeño y si se ha estado cumpliendo todo lo planeado…

¿Por qué es importante todo esto?

Porque…

Número Uno: “El hombre es la medida de todas las cosas”, necesitamos medirnos.

Número Dos: “Fallar en planear es planear para fallar”.

Número Tres: Necesitamos una guía documentada porque lamentablemente el diario vivir nos hace distraernos y olvidarnos de detalles.

Número Cuatro: “La calidad no se da por accidente”, si se quiere lograr una gran obra se va a requerir tiempo para completarla así mismo dedicación y un proceso de revisión, análisis y mejora, es decir, no nos vamos a ir a la primera con lo primero que se nos ocurrió sin anteriormente habernos organizado bien, si se quiere tener un buen resultado se tiene que tener un buen proceso, nada se da de la noche a la mañana;  hacen falta esfuerzo, dedicación y tiempo, así que es necesario documentar el plan, saber el por qué se quiere cada cosa, en caso de que por vicisitudes de la vida lo  lleguemos a olvidar, somos seres imperfectos ¡no podemos olvidar que podemos olvidar! Ironías ¿verdad?

Así que he decidido, unánimemente, que  hoy es el primer día del resto de mi vida, no quiero que se me escape este aura de energía, necesito seguir sintiéndome viva, que los días no me roben más días sin haber expuesto qué es lo que quiero, y menos, sin haber empezado el trayecto hacia lograrlo. Me he dado cuenta que las personas fallamos en planear, este fallo causa otros fallos y entonces después nos vemos en medio de la nada sin saber qué hacer o cómo reaccionar. He decidido optar por la disciplina, para poder seguir cada paso de forma segura y concisa, deseo tener paz en mi alma, vivir el día a día sin olvidar que los ocasos son de diversos colores, que las noches estrelladas son hermosas, que el silencio en media noche es alentador y misterioso, que las tardes lluviosas se pueden disfrutar con la cobija pero, si no es posible, pues que igual se disfruta pues la lluvia también trae vida. Quiero no olvidar toda la belleza que nos ampara en este planeta y sus razones de ser y existir, no quiero dejar de escuchar música ni dejar de pintar, dibujar y escribir, no quiero dejar de reír, no quiero dejar de ser yo pero sí quiero actualizar mi versión. Recuerden “El que no tiene carácter no tiene pasión”.

Quiero dejar de lado todo lo negativo, dejar de lado las actitudes perezosas, dañinas y dejadas, también los comportamientos inadecuados e inmaduros; quiero controlar mi mente y ser dueña de todo lo que pienso, digo y callo; quiero ser prudente, evitar a toda costa juzgar a la gente, callar cuando debo y hablar cuando debo también. Quiero alejarme de la autodestrucción en que la mente a veces puede caer acumulando más culpas y señalando, pues el “auto-acribillarse” constantemente es comprobado que sólo logra depresión y desesperación, me he arrepentido ya de lo que hice mal mas aún sin poder cambiar lo que hice mal he podido aprender de ello; quiero dejar todas mis enseñanzas grabadas, no quiero olvidar ninguna, mas quiero olvidar lo que no me ha servido, pues no tiene absolutamente ni una sola razón para seguir existiendo en mi cabeza, y “una idea existe en tanto haya quien la recuerde”. Necesito liberarme de mis ataduras, y si acaso existen esas de las que aún no me pueda deshacer porque conllevan tiempo, las incluiré en mi lista de objetivos a realizar y empezaré el viaje de liberación, llevará su tiempo pero en su debido momento dichas ataduras cobrarán independencia y seré más libre entonces.

He decidido aceptarme tal cual soy yo, con lo que hice bien y con lo que  hice mal, con lo que he aprendido, con toda la entidad que he formado hasta hoy, aceptarme tal cual soy, y partiendo de quien soy puedo mejorar mi versión, cambiar los aspectos de mi propia persona que no están bien, y seguir esforzándome para que los que sí están bien lo sigan estando, no es una tarea fácil mas he de sentir mucha satisfacción el lograr todo lo que me estoy proponiendo, es entonces cuando lo logre que sentiré que todo esto de verdad tuvo un sentido.

Quiero compartir mi aprendizaje, y como tengo una hija, quiero compartirlo con ella; respiraré hondo y le pediré a Dios por paciencia y sabiduría, para tomar cada paso con ella como se deba, y para siempre estar en la decisión más adecuada, posiblemente no logre no equivocarme, pues como ya lo expuse anteriormente, somos seres imperfectos, pero que esto no me haga resignarme sino que me impulse a mejorarme, como un desafío, y así lograr que mi retoño sea mejor aún. No quiero dar cabida a la mediocridad.

No quiero olvidar a Dios, porque es él el único amparo que existe cuando las puertas se han cerrado y la ironía está llevando a cabo la hora del té a mi lado en una habitación sombría, cuando piense que todo se esté cayendo y que los sentidos se pueden estar perdiendo es cuando Dios estará sosteniéndome los pasos, y si tengo la fe de mi lado me repondré más rápido de lo que alguien jamás imaginó, porque sencillamente así trabaja Dios, aunque muchos se reúsen a creerlo, les invito a comprobarlo, no es que yo sea una persona apegada %100 a la religión, pero “La fe mueve montañas aunque haya quienes prefieran usar dinamita”, para qué escoger el medio más complicado y trivial, si aún ese medio puede fallar, sólo se trata del poder de la fe y nunca hay que olvidar que es un poder inigualable y mucho mayor de lo que imaginamos.

Ha llegado la hora, tomaré mi rol de mujer, no sólo para la vanidad sino para saber que dentro de mí existe éste espíritu capaz de llegar más lejos de lo que vislumbré, para sorprenderme a mí misma, será mi AS bajo la manga. Afrontaré los obstáculos con una sonrisa, pues porque si hay obstáculos son para poderlos pasar, y si se me postran es por la única razón de subestimarme, “A nadie se le da en la vida un peso que no pueda cargar”. Trabajaré duro en sobrepasar los obstáculos que sean  y no dejaré que me apaguen la explosión de vida, sé que probablemente me lleguen a sacar lágrimas y pegarme duro en el alma, pero sólo quiero recordar en esos momentos: ¿para qué dedicarle minutos a la ira y al odio? Si eso lo que hacen en el camino es que uno como mínimo se detenga en lugar de seguir luchando.

Me he dado cuenta que los hijos son la obra de arte más singular que un padre y una madre puedan tener, y que son, sin duda alguna el resultado de los mismos padres, me he dado cuenta que las cosas más simples y sencillas que parecieran carecer de importancia con ellos tienen un efecto devastador y que cada pequeño grano de aprendizaje que les demos (desde el trato, forma de expresarse hasta en lo que dedicamos nuestro tiempo) es sin duda alguna lo que ellos van a tener como cierto y de lo que van a partir en sus propios mundos, serán sus cimientos, por tanto tenemos que, sin duda alguna, mejorar lo más antes posible y de una adecuada manera para mostrarles un ejemplo y patrón mejor aún del que ya tienen, tenemos que luchar fuerte contra nuestros propios monstruos y entonces tendremos un adulto futuro aún mejor para este mundo, a largo plazo le brindaremos a nuestros hijos un mañana mejor que éste presente y cosecharemos, como padres, un mejor futuro igualmente al saber que pudimos hacer el mejor trabajo dentro de nuestras propias posibilidades.

Creo que ha llegado la hora, de dejar atrás los caprichos y concentrarme en el rumbo que debo tomar, voy a comprar el cuaderno, escribiré mis objetivos y detallaré mi planeamiento, no dejaré otro día yacer en el error de la omisión, necesito respirar y agradecer porque soy capaz de hacerlo, de abrir mis ojos y agradecer lo que veo, de extender mi mano para que una pequeña niña la tome y quiera seguir mis pasos, necesito dar buenos pasos entonces, necesito vivir de lleno, dar razón y prueba que los labios no sólo para espetar, sino para  saborear, sino para dar besos de amor, no besos mentirosos o lujuriosos, sino besos enamorados, besos a “Fifi” (mi hija), besos a una “pareja” si no se tiene esa pareja, no importa, todo vendrá cuando deba hacerlo; mientras en mi ser yazca el amor y Fifi se sienta amada no hay más necesidad para entregarse, hay que recordar que el amor es la música del alma. Recuerden: “Quien no vive lo que piensa terminará pensando lo que vive”.

Viviré este diario camino sabiendo que todo es posible, “Si eres capaz de ver lo invisible eres capaz de crear lo imposible” y “No hay peor lucha que aquella que no se hace”. Todo está en el estado mental, dijo Rudyard Kipling. Entonces TODO esto que siento junto a TODO lo que quiero lograr se convertirán en mi pan diario, viviré feliz porque estaré haciendo lo que quiero y trabajando duro por obtener aquello que lleva tiempo, cuando el tiempo pase y mire hacia atrás sonreiré de ver que todo valió la pena y que hubo un día como hoy en que me dije: Ha llegado la hora: ¡Hoy es el primer día del resto de  mi vida! Y ver como así fue y siguió siendo.

Regalé mis mochilas, y ni por un mínimo segundo de momento siento que no debí hacerlo.

¡Saludos!

 Ana Lía Casvar


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