Cielo oscuro, oscuro que se queda ya no mas clavado
y el sol que un día chillando pueda estar,
tampoco me derrite.
No sé si lo merezco, tanto sueño, tanto anhelo,
y aunque el mismo miedo me derrumbe
y se me entierre en los sesos, él los quita.
Decir y callar es mi juego,
gritar y suspirar son mis ecos,
más él juega conmigo,
es mi aliado y mi enemigo.
A veces nos ocultamos juntos,
otras lo hace solo, otras yo le huyo
y en vientos de consuelo,
su mirada conforta la mía, mi boca la suya.
Qué será tan grande o tan pequeño que no lo entiendo
que se siente extraño, que yo lo sueño,
que sea de mis letargos dueño
los temblores que me provoca con solo pensarlo,
aquellos alborotos que nacen al recordarlo…
más son ellos míos, de decirlos yo me abstengo,
de contarlos no me dejo
y de confesárselos me apego,
me contengo, al mismo tiempo.
Esto no es costumbre,
que antes el frío y el viento me encantaban
de forma diferente a la de ahora.
Cuando roza el aire mi cara, mis manos,
siento aquel calor que superó a lo mágico
siento sus poros aturdiéndome de ideas de amor
y no de engaño
Las noches mías, dependen de él,
las mismas estrellas de su lado están,
mis fantasías corren por su piel,
y el relieve de su cuerpo…
grabado en mi vientre de mujer…
Mis dedos llevan el olor de su nombre,
y mis labios el sabor de sus adentros,
cómo hago, qué le digo,
si es mi víctima y testigo
cómo podría yo comérmelo
y que no se acabe
y si resulta venenoso, ya lo es,
me mata y ya muriendo,
él mismo es mi jarabe
Los colores de sus pensamientos algo conozco,
de los colores que mi presencia ya le provoca quisiera saber
más al mismo tiempo me come él también…
ante mis ocurrencias los mismos dioses se han rendido
y yo sigo rendida ante él…
Suda mucho la pasión
cuando se le nutre con ganas,
con llamas y emoción,
y la pasión que como niña tenía,
y con la que yo gritaba,
ahora en sus manos…
… grita como hecha mujer…
De mis instintos antes me creía dueña,
¿seré mas bien presa de él?
y de ellos, y de lo que pensaba,
y de lo que me prohibía…
él los convirtió a su ser…
Mis días… rasgándome las ganas de devorarme
otras noches, otros vientos, y otros fríos…
todos al lado de él…
Me invitan sus ojos a besarle
y derretirle de calor con mi boca la suya, también
Mis entrañas lo piden como droga
viciosa de él quiero o ya suelo ser
de sus formas miles no me quejo,
mas son formas de hombre
que junto con las mías me hacen sentir mujer…
Chiquilla soy, no me olvido,
y es por eso mismo…
que ante mis mañanas y noches,
y entre mis tantos anhelos y suspiros,
pensares y delirios...
de ellos su vida misma desconoce,
pero hoy se los digo….
Ana Lía Casvar 2003
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