Una noche de diciembre y Lía

-“Maldito este viento de diciembre…” dijo Carré en alguno de sus escritos… y aunque a él ya me decidiera olvidarlo, le recuerdo y al mismo tiempo recuerdo a Colin, cual aferración me pone el corazón bien tieso, a veces no es justo.- se dijo Lía en aquella noche, sola noche, acalorada y fría, extasiante y cansada…- 

-Ya no sé si poseo anhelos- proseguía –los lloritos a ratos me gritan fuerte, mas si yo vuelo alto deseo ir sola pero alguien siempre me ve y tras de mí lo intenta- posó su cabeza en una almohada y calló un rato y como si pensara en vos alta volvió a hablar…- 

-Yo tengo un amigo- se pensó – Al rato de cualquier mujer gozaría en compañía si lo tuviera a él- se sonrió –Es divertido el mocoso, cual alma paralela a la mía de extraña manera refleja antojo- Se convencía 

–Castián es divertido, juega y juega y mis ratos al mando suyo surgen con asombro, chistosa su risa, chistosas sus palabras… El amor que ignoran todos, lo llevamos en los poros, no somos sabios, ni merecedores de aplausos, mas es cierto, algo nos comprendemos, mucho hemos visto ya, el resto es mucho trecho…- se dijo en aquella media noche volada de humedad y frío, aquel diciembre hecho trizas de comercio y vano delirio 

-Los intentos me han convencido… sigo buscando, riendo. Gracias Dios- y Dios la hizo dormirse mirando un río… 

-Bellas noches- susurró, y el calor del mundo sostuvo en ella un sueño nítido. 


Ana Lía Casvar 2003