Fijación

Porque en ojos taciturnos volátiles se retorcían las horas
Queriendo volver versátiles
los minutos del día y la demora
y en los azules péndulos de celaje rojizo
se escondía el ojo de ese ser tan nauseabundo que nunca me quiso


Y he llorado mares y reído ríos
y le busco entre mis ademanes
naufragando en algún navío
mas no encuentro ni la sombra de su voz entrecortada
me he quedado absorta al no poder recordar ni su mirada


Es la mente la peor desventura
cuando de amor se trata y ya no queda cordura
cuando se engaña entre la obsesión y la apatía
buscale por todo lado a la correspondencia
y vuelve decepcionado sin encontrar compañía...

Ana Lía Casvar