Una noche le pregunte a la luna por sus sueños y me dijo que soñaba ser yo...
- Yo no soy nadie- le dije - Nadie se merece mi presencia... -
Ella me dijo:
-Niña eres y ríes como tal y vives llorando por algún mal, mas sientes dicha o desdicha, yo solo brillo y lo hago en las noches frías y en las que no, y lo hago porque es otro quien me da iluminación... En cambio tu, tu sientes, lloras y ríes y te enamoras y te enojas, y aunque triste te me pongas cuando sola quieres estar y en las noches frías el viento seque tus ojos cansados de llorar... tienes sensibilidad y sensible eres, mientras yo solo te miro en la oscuridad... Algunos dicen que no, que no es justo ojos lindos lloren tanto, mas lloras porque no te dejas querer... y lloras y te enojas porque aquel se fue y el que vino y el que viene no es el mismo... Lloras y te enojas porque quieres que te quieran... Y yo te miro y quiero quererte mas no puedo pues sentimientos no poseo...-
Yo me sentí dichosa y desdichada...
-Luna Que sabia eres!-
Y ella me dijo:
-Yo no puedo ser sabia, pues no se nada, y de saber tampoco, yo no hablo y por ello tu no me escuchas... a quien escuchas es a tu misma sombra...-
La noche clásica de color industrial resbalaba sus brillos por algún lugar, mientras Lía brincaba en su alma un gritillo de paz... Las lágrimas secas se quedaron otra vez...
Y luego de sentir el abrazo eterno de Dios otra vez, recordó el amor y amo otra vez, recordó la sonrisa y sonrió una vez más... Recordó a Dios y vio a su papa...
Entonces, desde ese día, las noches son para soñar y amar, y los días para vivir lo cotidiano y a ratos olvidar...
Ana Lía Casvar 2003
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