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miércoles, 27 de octubre de 2010

Después de que la hora se pasó y el viaje se emprendió…




¿Por qué titubeo? Cuando sin mirarme al espejo siento que me veo por dentro, ¿por qué siento que me hablas de todas las maneras habidas y llanas? Y ¿por qué cuando en medio de mi mundo lejano sin mantenerte en mi recuerdo en el preciso momento arcano viene la ironía a escupirme tu presencia en la cara?

Será porque de ese material tan descarado e irrespetuoso es que está hecha esta realidad, mas sin mucho que decir les cuento que yo ya partí a mi largo viaje, no sé qué vendrá pero sé lo que he dejado atrás y he dejado un cúmulo de cosas que no me sirven mucho ya, no necesité ni siquiera pasar a la tienda, pude darme cuenta que todo y cuanto era necesario ya estaba en mí y entonces recordé a Sócrates: “¡Tantas cosas que no necesito!” –Mientras miraba una venta de cosas--. Cuando más simple se nos postra cierta verdad ante nuestro rostro es cuando  más nos cuesta verla, “señala el sabio a la luna pero el imbécil sólo puede ver el dedo”… como arrasa esta Señora Ironía en mi cotidiano vivir…

Sin más “la marcha atrás es mi método” dijo el del Monólogo del Embarazo, pero es que ciertamente en este aspecto la marcha atrás no es más que lo que dice que es: una marcha atrás, y  eso aquí no sirve para nada, así que ni para agarrar impulso como dicen, el riesgo es que después nos guste quedarnos en el pasado dando vueltas sin sentido y eso carece de toda lógica y no lleva en ningún momento al progreso. Yo ya había emprendido mi viaje al progreso y había iniciado el “primer día del resto de mi vida” mas no se olviden nunca, resulta ser que me contaron que no hay que desanimarse si no todo sale como se planea, las cosas se planean de cierta forma, mas el mundo trabaja a su otra forma, y a pesar de que el éxito comienza con la mera voluntad, un buen planeamiento incluye un plan B, un plan C hasta un plan en caso de X o Y emergencia, así que si esto no fue considerado antes entonces empiece de nuevo y tómelo en cuenta, como quien dice muy a pecho. Recuerden a Beckett cuando dice: "Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor" o a Henry Ford: “El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia”.

Con esto no les quiero contar que fracasé, sería demasiado pronto para poder determinarlo, mas he ido al paso lento tan sólo porque “despacio es como se llega a lo eterno”, una cosa a la vez, poco a poco, con pasos acertados, con cautela, vislumbré aquel día en que  me dije que iba a dejar mis mochilas atrás y eso me ha servido en demasía, pero hay que recordar que cada día que se pasa hay que volver al temario y repasar los objetivos, verificar que uno de verdad los está cumpliendo, los está llevando a cabo, y si salen nuevos objetivos pues entonces plantearlos en el documento, repito como antes, nadie dijo que sería fácil, es la renuncia que nos hacemos a nosotros mismos por nosotros mismos, dejar atrás sepultado nuestro viejo “yo” y darle la bienvenida al nuevo “yo”, ¿se acuerdan? La nueva versión actualizada con los últimos toques de la tecnología mental, ¿por qué no aplicar los avances tecnológicos para la mejoría personal también? Todo se puede traducir, o al menos así pienso yo, no basta con decirlo, no basta con estar convencido, sino hay que probarlo con las acciones, no hay que apresurarse, nada más asegurarse.

Y entonces me dispuse, lo primero que cambié (y lo comento por si a alguien después le sirve) fue la mentalidad, no más culpas en la espalda, me quite hasta las “pelotas” de presión que cargaba, dejé estupefacta a la masajista pues sí, no se podía imaginar cómo cargaba tanto, para que vean los logros de la mente ahí fueron a dar mis culpas y preocupaciones, a mi pobre espalda que traqueaba con tan sólo voltear, y después nos preguntamos que por qué últimamente a la gente le aparecen enfermedades tan extrañas, pues sí, es una forma que tiene el organismo de traducir todo lo que nos pasa y a lo que no le damos mantenimiento, ustedes saben que hasta las computadoras necesitan siempre mantenimiento, una limpieza de archivos y programas que están en desuso o que no se usan para algo productivo, asimismo como actualizar las aplicaciones y hasta el sistema operativo, pues es igualito con nosotros los seres humanos, necesitamos ese mantenimiento y ese soporte porque si no pasa lo mismo, un día nos quedamos congelados y ya no servimos más… ¡triste pero cierto!

Entonces qué, bueno regalé las maletas y ahora estoy ya en el proceso de actualizar mi sistema operativo, si es necesario cambiaré hasta el programa que utilizo para mensajería instantánea y es porque precisamente la comunicación es un problema grandísimo que tenemos las personas, ustedes lo saben y muy bien, cuando se nos metió “spam” o un “spayware” comenzamos a transmitir mensajes que no eran precisamente los deseados en un inicio y por ende causan que otros se contagien de igual o peor manera, pues ese “spam” es como el “chuky” y nos hace trizas similar a un “troyano”; piensen bien, porque resulta ser que el ser humano también puede contagiarse de estos virus, gusanos y demás enfermedades que lejos de bajarnos las defensas lo que nos causan es un bajo en la calidad de nuestro sistema, bien es sabido que una computadora con virus funciona mega lenta y que llega el momento cuando es justo y necesario un formateo, ¡miren qué curioso! Si no se le hubiera ocurrido a mi mentecita geek hacer esta analogía no me habría dado cuenta que en realidad somos muy parecidos a los ordenadores o dispositivos virtuales, y es que es tan preciso como el efecto de un gusano en la computadora, se mete por sectores dañando archivos importantes y dejando prácticamente inservible el sistema en relativamente poco tiempo… y es que ¿a quién no le ha pasado? Cuando llegan ciertos males a sabotearnos como los virus de las computadoras, es más común de lo que me pude imaginar, y otra vez vuelve a mí… ¡Oh ironía!

Pues sí, eso me hizo percatarme que necesito un buen antivirus, antispyware y antimalware para éste, mi sistema operativo (hecho en casa), para los que puedan estar confundidos no hablo de computadoras, tan sólo comparo el modus operandi de las computadoras con el del ser humano en su interior, lo cual resultó ser bastante interesante.

En fin, me voy a devolver un momento al asunto de la mensajería instantánea, como dije la comunicación es un tema en el que todos fallamos en determinado momento, ciertamente es triste, pero más allá es falta de honor y valentía, ¿por qué lo digo? A veces no aclaramos las cosas por comodidad propia, es más cómodo dejar pasar los días sin decir nada y procurar que a la otra persona (o las otras personas) se le olvide el asunto (cosa que no siempre pasa pero que trabaja de igual forma en la contraparte, o sea a la otra persona también le parece cómodo no decir nada al respecto) y entonces en el mar de la cotidianidad se deja el asunto de lado mas esto no significa en ningún momento que el asunto se arregló, eso debe estar muy en claro, y como yo soy del pensamiento que si se dejan asuntos sin concluir se van acumulando y acumulando entonces esto no es para nada bueno. También es un asunto de honor y valentía debido a que muchas veces para poder hablar tenemos que pensar y analizar y estos aspectos a la gente promedio no le gustan porque sencillamente no es fácil ni cómodo ni meramente agradable ponerse a pensar si se tuvo la culpa y si fue así por qué, por qué se actuó de tal manera y no de tal otra, por qué se reaccionó así, y si llegara el caso de tener que aceptar la culpa, ineludiblemente el capricho puede más en diversas ocasiones entonces se termina en nada, o no se habla o se habla y es otro pleito, puesto que cada quién egoístamente va a exponer su posición y defenderla a morir. El egoísmo señores, cómo tenía razón Rousseau al decir: “El ser humano es egoísta por naturaleza”. Pero a pesar de esta pericia hay que tomar en cuenta que somos capaces de muchísimas cosas tan sólo con la voluntad y la fe.

Y entonces he llegado al punto en donde he querido mejorar mis aplicaciones de mensajería instantánea y también las de correo electrónico en síntesis todas las aplicaciones y medios de mensajería, en fin, quiero mejorar mi forma de comunicarme, quiero poder no ser tan tiesa y garrafal cuando cuento sobre lo que opino, más allá, no quiero tener que querer convencer a cada individuo de que mi forma de pensar es la correcta, ¿por qué? Primeramente es un gasto de tiempo y de neuronas, esto a su vez me lleva al segundo punto, el cual es: no toda la gente piensa igual ni es igual ni aprende igual, y ésta es amigos, una realidad indiscutible, nadie es igual a nadie, cada quién primeramente viene con una sopa genética con una combinación única y seguidamente ha vivido un sinfín de cosas diferentes en muchos sentidos lo cual sencillamente ayuda a que esta persona X sea completamente distinta a las demás, mas no por esto quiera decir que no comparta aspectos con otros entre sí, pero en su entidad como persona es única.

¡Entonces! Prosigo, se me está haciendo agotador pero esto es necesario, ¡lo juro! Decía que ya no quiero ir en la lucha exhaustiva de imponer bajo artimañas de manipulación mental ni por largas parlas mi punto de vista, lo expondré si me lo preguntan  me lo guardaré si no, o al menos ese es el objetivo que espero lograr, sé que esto atenta contra muchas cosas de mi ser porque soy de esas que se les dificulta muchísimo callar, pero bueno, es un intento por mejorar y ¡cualquier intento es válido! Voy a intentar todas las maneras posibles para poder comunicarme acertadamente, evitaré enojarme, estar de mal humor que esto sólo entorpece la intención de lo que se quiera decir, tomaré airé y respiraré con paz porque es esta paz interna la que me guiará sobre el camino al éxito en lo que me proponga y entonces nada más iré pasiva por la vida buscando las mejores formas de comunicarme, y les aseguro que esto tendrá unos resultados sorprendentes. No les puedo asegurar cuál es la mejor de las formas de comunicarse, pero sé que cualquiera que sea conllevará amabilidad porque esa es su principal esencia.

¡Por lo tanto! Probaré un método infalible, pero es un método que conlleva mucha paciencia, les cuento, ¿recuerdan alguna vez en que esos extensos juegos de luces para el árbol de navidad pasa por el infortunio de tener una luz quemada y como funcionan en cadena se apaga todo el juego completo de luces? Pues sí, este método a prueba de fallos es parecido, iré una a una probando las formas de comunicarme, utilizando en todo momento la paciencia y la amabilidad, y si el juego está conformado por quinientas o mil luces no temeré ni me desesperaré, iré como el caracol, despacio divisando lo eterno, no hay prisa, ¿recuerdan? No debe haber prisa porque cada uno de estos pasos, su paso firme y su cautela en conjunto con su aprendizaje serán los que me lleven al éxito. Ya lo verán.

Así que por el momento bienvenido haya sido el método, bienvenida haya sido la tecnología, que no es tan sólo para perder el tiempo ojeando a los “amigos” y “conocidos” sino también para lograrnos comprender a nosotros mismos en la cotidianidad de nuestros días, y  más aún, llegar a actualizar nuestros sistemas hasta llevarnos a la última versión.

Por lo pronto les comento, esto no es fácil, mas me parece encantador, alentador y un viaje ¡completamente mágico!

Saludos,
Ana Lía Casvar

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