No quiero que me preguntes, no quiero que me condiciones, no quiero que me clasifiques, si quieres venir ven, si quieres conocerme conóceme, si quieres jugar jugamos, puede ser éste el sueño que tanto esperamos, puede ser la pesadilla que arrastramos, puede ser el porvenir deseado, o tal vez puede no ser lo que pensamos, y pronto nos perdamos cada uno por su lado. Sólo hay una manera de averiguarlo.
Así que si te digo que pongo mi fe en esto, levanto mi mano en son de pacto en duelo, pongo las fichas de la apuesta en este juego, estoy poniendo todo lo que tengo, te miro de reojo y sigo en tu pupila brillante, no me alejo... ¿Dices ser intenso? Demuéstramelo... Que yo escucho con los oídos pero con los ojos veo, con mi alma siento y en la piel estará el rastro del pacto de este juego...
Levanto mi otra mano, estoy de lleno, no caeré, estoy segura en esto, si te digo que ya estoy dentro no te salgas, no seas pendejo, me estoy jugando el alma, estoy en fuego, tengo miedo no lo niego, puedo todo perderlo, pero aún estoy de pie mirándote fija y mi labio mordiendo...
¡Por favor! Sigue aquí conmigo en esto...Demuéstrame tu calidad de hombre amante y pasional, no vivas sólo por el momento, busca el sentido, la verdad, en mi piel de adentro podrás encontrar mucho más muchacho, no te arrepentirás, pero recuerda siempre hay un precio por pagar...
Te doy mi palabra y mi son honesto, que no te dejaré en medio, serás el número uno y no habrá resto, un único sentido tendré adentro. Te doy mi palabra te repito con labios de fuego, la fogata está encendida, ya va a empezar el juego, te doy mi palabra que en fuga no iremos, que esto dentro surgirá en su momento, pero te sigo dando mi palabra, ya eres de mis pensamientos obrero, intención vil de amarte tengo, el capricho con el deseo, te doy mi palabra que arreglaré mi estado mezclado y te dejaré a ti solo en mi trecho.
Mírame a los ojos, esto es honesto, mírame en el fondo, muerto estás por esto, mírate de frente, sabés que ambos estamos dementes, mirémonos como si no fuéramos nosotros y diríamos: ¡qué demonios!
Y es cuando todo esto pasa que yo dejo, en mi corazón el amuleto, en mis labios el pecado iniciado para disfrutarlo de almuerzo, y de cena, amor, nos comeremos, pero antes de empezar el juego, te digo, ¡¡esto es en serio!!
Ana Lía Casvar
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