¡Ahy! caballero de matices y colores
que viajas en el desvelo
de largos días y eternas noches
¿qué puedo decirte del vestido que me quitas?
más que por la física
es por la mente que desquicia
¿qué he proclamarte yo que una vasta sombra soy?
Si en el largo delirio de los días
de las mañanas que rozan mis mejillas
te avecinas entre idea y camisa
trasmutas la coherencia
y caes simplemente en la sábana de la rutina
pero no existe una rutina entre vos y yo
¿te quitas el sombrero o te lo quito yo?
Este es el desafío callejero
en palabras que viajan en el viento
y recaen en tu pecho
cual saeta incrustada ya sin trecho
y es que no te miento
que figuras entre verso y verso
que si canto en la fogata
de este veneno en propaganda
ay qué vida y qué zumbido
que acompaña tu libido
si es que callas por prudencia
¡acompáñame en este vicio!
Embriágame las venas
¡OH muchacho en decadencia!
has que salga humo
de esta guerra en potencia
búscate el acomodo
aniquila todas mis tendencias
revuélcame a tu modo
multiplícame en tus vivencias
acaríciame el ego
para engañarme en tu cuerpo
y hacérmelo como en tu más temido sueño...
...¡Qué risa me dan estas palabras!
Que abatir tu dicha y desdicha claman
y qué miedo has de sentir
porque si yo llego hasta donde estás
es para robarte la paz
es para hacerte morir
y entonces
ahora sos vos quien muere de risa aquí
y me miras de reojo
diciéndome al mismo modo
"¡ay qué niña, ay que te robo!"
Y así nuestro juego eterno,
que inconcluso lleva fuego
porque sin vernos aunque cerca estemos
el silencio entra en remojo,
se ríe hace cara de asombro
baila y canta y se burla de nosotros...
Ana Lía Casvar
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