Intrépida nostalgia
que sobrevives a punta de delibidad humana
emprendes tus viajes a la tortura
arremetiendo contra toda lógica y cordura
Viajas millones de leguas en el pueblo Los Recuerdos
y te instalas en el peor de sus recovecos
te expandes mordiendo la bolsa del líquido autodestructivo
para diluirlo rápidamente sin rastro ni testigo
Te alejas dejando un cuerpo vacío
ausente y solo, sin tenerse siquiera a sí mismo
luego te ríes a lo lejos por tu hazaña
te bautizas maldita por tu vil maña
¡Oh nostalgia que vives sólo dentro de quien te llama!
Balbuceas nombres y clamas noches anteriormente amadas.
Y si acaso se te cae la coartada
tienes siempre tus respaldos para otra madrugada.
Ana Lía Casvar
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