El diseño y su artista, que conforman ambos todas las formas y texturas, de pronto y sólo de pronto se me han metido en la cabeza arrancándome la poca cordura, esa poquísima que aún resignada guardaba. Y tal vez sea cierto que no hay motivo de explicación, porque cuando uno lo siente tan adentro cavando en la prisión, en la cabeza, que es la celda de los sentimientos, él está aniquilando mi razón, no hay nada qué hacer ni qué pensar mas que lo que está ya pasando que a su vez es suficiente para arrancarme el paso.
Hubiera sido mejor haberlo hecho de otra forma, haber concluido otros capítulos de prosa, haber cerrado el vaivén eterno, haber terminado por fin algún bosquejo, haber alimentado a la planta morada que vivía en mi antigua morada, haber dejado la incoherencia y haberle dado bienvenida a la lógica, haber hablado claro desde el principio y haberse quitado los harapos y el desquicio, sin miedo a luego caer en cuenta, ¿en cuenta de qué? En cuenta de que aún estamos atrapados en un mundo de vertiginoso hallazgo mental común, que aún vivimos con los pies atados a la tierra cumpliendo una ley de gravedad, que aún existen presas de machismo y brutalidad y que, más aún, me siento renca por no poder caminar hacia atrás, en los años de la vasta memoria en que alguna vez a él yo fui igual.
Tal vez y por supuesto que no tenía que ser como hubiese sido ideal, si la forma plus-cuam-perfecta es esta que se arrincona entre ilógica, miedo y verdad. Y sí, qué decir, si planeado no estuvo ni lo está, si cada segundo que nos roba el tiempo fugaz, se desata la locura de una mente diluida en ansiedad y ahora le acompaña la mía en su viaje estelar, viajamos al espacio del universo eterno e inmortal, decidimos elevarnos mas no debido a la casualidad, que el azar ya no existe entre la saliva, una boca y la piel que va a explotar.
Y él, este universo, que siempre sale con su AS bajo la manga triturando mi tendencia emocional, y él que dice lo preciso en el momento más inmoral, porque yo lo espero todo y así todo ha de llegar, pero cuando no espero nada con la sorpresa en la boca y en su mano otra guardada, él se acerca inocente para mi boca callar... Y no sé ni cómo lo hace ni cómo es capaz, ni entiendo cómo se idea arrancarme así la cabeza y volvérmela a pegar, que si creí que yo venía sola del mas allá, a lo lejos pareciera que teníamos los dos algo más por encontrar. No te culpo universo, si mis ojos te dieron la señal, que jamás lo creí ni lo pensé arcano pero tampoco realidad, que te juro no lo hice aunque sí al propio y voraz, que era un juego de balbuceo, miradas y sonrisas a matar, pero el brillo de mis ojos siempre supo albergar sólo para vos esta verdad.
Y a vos...Que si hoy tengo un hueco en mi cabeza y no por ello considero que dejé de pensar, ese hueco lleva tu nombre, tu sello y tu ansiedad. Que sonrío ya sin apego a la cordura irracional, que si el convencionalismo me ha dado risa mi vida entera ahora me parece animal, yo te juro que no te miento, yo te lo digo en serio, vengo del Reino Espartano y tu debes ser entonces como Paris el Troyano, quien a su vez no es el más fuerte ni el más brutal amo, pero que por la ironía termina matando a Aquiles con el tiro de su saeta en el momento justo en que se despista por salvar a su nena, y lo deja cayendo como si hubiese sido en vano... Pensá lo que hacés muchacho, porque aunque pareciera ser inofensivo, llevas fuego escondido en las manos.
Quiero un diseño para mi próximo tatuaje, ¿querrá hacerlo en mi piel y a mano? o ¿se resiste al viaje?
¡Saludos!
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