Algún día bajo las sábanas
recitaré tu nombre mientras callas
gritaré sin abrir la boca
y viajaré en el tiempo sin fecha ni hora
y cada vez que caiga la noche
y cada vez que abras la ventana en la madrugada
el viento te contará el derroche
que existe hoy sobre mi almohada
Tal vez el tiempo viaje como un péndulo
rechine en su movimiento espléndido
en el reloj de la Catedral más destacada
y aun en la cima de tanta gloria enmascarada
se caiga un día por su propio peso...
¡Oh cuánta verdad está sepultada!
Y cuánta otra guardas en la mirada
y si pudiera arrancarte por un momento la piel
y hacerte disfrutar sin ella un amanecer
tal vez entonces me digas todo o tal vez sigas no diciendo nada...
¡Oh cuánto dolor se esconde en lo que callas!
Y cuánto quisiera ignorarlo mientras me amas
y cómo quisiera postrarme con vos en el Monte de las Ánimas
y aullarle a la luna nuestras malas pasadas
¡Oh cuánto quisiera dormir por siempre a tu lado y despertar abrazada!
Cuánto quisiera robarme el tiempo y venderlo como posión envenenada
y separar los días contando estrellas
en la lejanía
¡Oh cuánto quisiera tenerte en la eternidad mía!
Ana Lía Casvar
Noviembre 2, 2011
Noviembre 2, 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario