He
observado mi vida
una y otra
vez
entre
saludo y despedida
entre ocaso
mordiente
entre la
explosión de cada melodía
Y en el
reflejo de cada ser viviente.
He sentido
mi esencia en el vestigio del horizonte
entre la
inmensidad infinita del universo latente
como un
dios acostado ocioso queriendo ser hombre
como una
madre dándole vida y forma a un ser en su vientre
Y encuentro
esto en mi realidad sustancial
esto, que
se condensa entre mi alma histérica
saliendo ya
por mi cuerpo hacia esta era vital
sosteniéndose
como la grafía de un poema
Pero esto,
esto es
intangible y electrizante
¿esto,
tiene traducción?
Viaja en
mis venas como tripulante
Y huele a
Baudelaire... y su destrucción
Suspiro
como cuando he dado millones de vueltas
con esa
sensación penetrante de la velocidad en un columpio
en un auto
sin sigilo, en el extremismo de una bicicleta
sintiendo
el viento en mi cara y el panorama eterno que veces cae moribundo
Entonces
pareciera de repente
que el universo
y yo estamos ambos conscientes
Me quiere
decir algo que está en movimiento
lo siento,
siento las redes energéticas uniéndose y vibrando
entonces
mantengo este espacio por siempre hambriento
para lograr
que ese algo regrese a mi interior rasgando
Me devuelvo
a donde estoy, a mi mundo humano
Con tiempo
definido y escondido un ser esclavizado
Quiero
agarrarlo, quiero abrir las manos
quiero
sentir que el viento se lo lleva todo partícula a partícula mutilado
Deseo que
mute mi pasado
que no
exista el futuro, que pueda despertar sin haberme de todo olvidado
No soy de
aquí yo soy de allá, del más allá,
del que
está lejano como un sueño, permaneciendo
donde no
existen las palabras, ni las murallas
donde no
existe el pensamiento
donde sólo
siento
y vivo
y no muero.
Ana Lía Casvar
Ana Lía Casvar
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