Las hojas caen anaranjadas
el viento mueve los arboles secos
corren las nubes lentas y grises
y el silencio inunda con su pesadez hasta el alma...
No hay nada...
Camino casi vacía entre la neblina confusa
el frío me quema los labios
me acosa esta incertidumbre tan ambigua
y a lo lejos todo está vacío
sin vida...
Estoy en la mitad del camino
no sé cuándo comencé
ni sé cuánto llevo recorrido
no veo el final
no hay registro del trecho
no hay rótulos que me guíen
No sé donde estoy aquí...
No hay nadie...
si grito no me escucho
si lloro no tengo lágrimas
si quiero sonreír el frío no me deja
las manos me impiden sentir
y aunque busque compañía
sólo abunda la soledad...
No hay dirección...
Camino para un lado y para el otro
todo se ve igual
me volteo y atrás es exactamente lo mismo
Derecha, izquierda, no hay diferencia
no existe el sentido...
No hay sol...
las nubes están en reunión desesperada
apagando las últimas velas de esperanza
la luz es cada vez mas tenue
más gris y más negra
No hay día ni hay noche...
No siento nada...
ni dolor ni felicidad
no puedo sentir paz pues tengo miedo
es como una muerte lenta...
No veo nada...
Veo todo y como todo es igual
es como si no pudiera ver
no tengo recuerdos
como si siempre hubiese sido así
como es ahora
y ahora es como nada...
No hay cielo ...
Miro hacia arriba y no hay cielo
no tengo a quien rogarle
no hay Dios...
No tengo ya ni qué decir
ni qué sentir
ni qué hacer
ni qué pensar
pues no tengo nada...
No tengo quien me cante
no tengo a quien cantarle
no tengo palabras
no tengo voz
no puedo ver
ni puedo sentir
a lo lejos no hay nadie...
Rezo en silencion en mi corazón,
hoy por favor,
sé que existe algo más que esta nada,
un Dios, el amor, el calor, las canciones y las palabras
un mundo con vida, una noche estrellada
un atardecer soleado
una persona, un grito,
una sonrisa
algo más que tan solo esta muerte lenta...
Ana Lía Casvar 2010
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