A un dios perdido
clavado en mi pensamiento ya podrido
le elevo mis razones
disgustos y emociones
los sentires
de mañanas en confines
que por el dorso de la piel
en donde yace la contradictoria miel
presa de una banalidad
o acaso a punto de escapar
como si fuera todo un sofisma
abiertos los ojos chocan contra brisas
mientras en fuego ardo
del convenio amargo
al que me he sometido
en la puesta de sol tomando vino
Acaso sigo la ideología
asesina en mi retina
de la mente su peor cretina
de creer tan sólo lo que quiere para sí
egoísta y con alevosía
camina, se contonea la maldita
Si doy el paso al abismo
si me quedo en el ocaso
perdido y abrupto
en el tono mismo
con el retazo
fuerza de melodía
matadora agonía
y pura estupidez ambigua
Y con los bailes
que protagoniza el aire
en el asesinato de mi suspiro
rellenando los vacíos
de mis pulmones hambrientos
albergándose en mis adentros
y luego expulsados
tales cuales pecados
de mi ser
para luego volver
a buscarlos...
Y será tan sólo por necesidad
que yace mi ironía con su necedad
engordando a ratos la ilusión
y partiendo en pedazos
a su vez
de la mente esta vil intención
¿Qué soy?
o ¿qué no?
Mírame dios o no dios
a los ojos y lléname de razón
esta alma aniquilada de antojos
carencias a mil por hora
abortos
maldición
retuérceme esta mente
sólo para ver si acaso
así podría volver a su estable condición.
Ana Lía Casvar
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