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jueves, 27 de enero de 2011

Retorcijos de ansiedad


Silencios de oportuno desarrollo
con miseria me brindan acomodo
y el eco que susurra en mi espalda
clama a la mañana por la desventaja

Si vino desde lejos y con fuerza
se abrió paso entre toda esta maleza
de la vida un tormento de rebeldía
que brinca salta contra la ironía

Si ha llegado  lejano
con su viento de invierno
con su calor de verano
mojando de antemano
cuanto sufrimiento
de mí se había apoderado

Y yo callada entre tanto pensamiento
y yo temblando casi muriendo
y yo sin saber que lo ocurrido estaba viviendo
Y yo casi escéptica de mi fortaleza
estaba sin darme cuenta desvaneciendo

Y yo sin saber, queriendo saber si todo esto
En algún crepúsculo de la historia
(que sin conocerse se sigue escribiendo)
existía en la tierra, la memoria
o el destino encaminado
de un dúo ya formado
mano a mano quemando
duelo de tregua
pasión de encanto
una flecha que cruzó
el camino vislumbrando
un pacto sagrado
hacia lo sobrehumano

Y yo que egoísta me sentía
de la ironía me hacía amiga
cartas escribía
a un extraño en la lejanía
llamando al G de mis días
buscándole el sentido
abriendo puertas para ver donde cabía
y yo que diciendo ahora -yo-
un –yo- solo y hervido
no me siento más como si fuera Lía
me desprendí de este cuerpo
de esta misma agonía
me desintegré como un yo individual
me dejó de gustar como sonaba mi entidad
y entonces imaginé que a casa volvería

¡Ahy! Y yo y mi vida
que dejando de tener aparente coincidencia
me dejé volar con libertad
llegué a una puerta
sin tocar me estaba esperando
el imprescindible espíritu
(al que sin querer estaba buscando)
que me había hecho falta desde que esta forma se me fue dada
que se clavó en mi objetivo aún sin ser siquiera sombra manifestada
que si cuento y contara
tendría aún más sentido que estas palabras

Y estoy al pie del abismo en extinción
y si acaso soy de las últimas en notar la rebelión
que el tiempo a su vez pudre con su ilusión
que cava los días en la piel de la conciencia
que la embrujan a conveniencia
estos demonios distractores
y sí... qué decir si son los únicos malhechores

¡Ojos no se abran al placer de la ilusión pagada!
Por favor no crean en estos ángeles que se miran
ni en estas hadas
escupe hacia dentro tu voraz flecha clavada
mira a la inversa donde se encuentra el alma

¡Manos que buscan otras manos para ser acariciadas!
Soledad que se siente en vivencias ansiadas
Tormento
Sed y hambre no saciadas
¡Un momento!
Esto no es más que un sentimiento
esclavo y preso
Del cual acaso tu ser y no ser juntos se han inmerso

Yo no sé nada pero te ruego
abre los ojos y sin mirar el entorno
búscame con tus adentros
clavada estoy en los recovecos
de tu  alma hipnotizada
olfatéame con tu sentido en llamaradas
sígueme con la cordura cruzada
sonríeme cuando aparezca frente a ti
confundida en tu mirada
reconóceme entre la belleza pagana
y siénteme que no soy material
que tampoco soy animal
que mi piel no se derrite con fuego
porque yo, sí yo, me forjo en la fragua

Hoy no tengo más que la verdad
moviéndose con ansiedad
en la punta del dedo índice
apenas para escribirla y para que luego
la vistan de lujos y salga disfrazada...

OH ironía al cubo, la integral de la humanidad
y su intención envenenada

Pero siempre límite al infinito y una artimaña tengo guardada...

Soldado en guerra
Intensidad urbana
Rumor de madrugada...
Fuego en la morada...
Silencio acechador
Sangre al vapor...
Visión nublada...
Oscura realidad...
Frío cuando el frío en la pupila está
mas cuando al fin llega la noche
sé que pronto amanecerá

Y cuando al fin llegue febrero... ¡marzo seguirá!
Y seguirá el camino eterno al infinito fugaz
Y qué ironía se mece sin piedad
en éstas letras que se consumen en el fluir de mi ansiedad...
y es tanta su presión que en mis venas hay corriente eléctrica mortal
Si tu quieres, tu el imprescindible, encontrarme aquí vendrás.
Con tus ojos oscuros y oscura verdad
Con tus labios rojos y tu roja pasión sin igual
Con tus cabellos sueltos y suelta convicción voraz
Y aquí te esperaré
En el atardecer
Caballero de la noche negra, Griel.

Ana Lía Casvar

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