Me he vuelto como las aves que en dispocisión alzan vuelo.
He abierto la puerta.
El arrebato emocional ha iniciado
y los agujeros negros me atraen y despojan de cualquier otra parodia servida de antemano
Soy como esas aves que anuncian su arribo
que en el paraíso escondido se transmutan en ángeles
que viajan en el tiempo en el espacio
como un instrumento para la homoestasis universal.
Simulo claridad, la mayor de todas
tal vez es por la hora en que despierta el manantial sensorial
e inhalo hasta el fondo de mi azul perspicaz;
y en la pasividad de cada segundo que pasa encuentro eternidad
como en la pupila sangrando
se devora la imparcialidad
Vuelvo a mí, como al comienzo
a ser mía de nuevo
a ser del todo
a nacer lentamente, a sentir
a re-descubrirme tras el espejo de la vastedad
como en cada reflejo se pierde lo esencial
queriendo simplemente volver a su lugar.
Ana Lía Casvar
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