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lunes, 6 de febrero de 2012

Preludio



-¿Cómo estoy preguntas?

No estoy, ni estoy, mañana luego lo sabré.

La absurda estadía se hace eterna, como eternos confines con luces de fuego rojo que se apagan lentamente en cada letargo ansioso.

Y esta eternidad  vuelve a fundir secuelas, rencor, odio, ardor de muelas; sin maquillaje la maleza, sin tacones se acerca y dirás que no tengo remedios, entre copas te confieso, entre líneas, entre el ácido adverso, entre asfixia, entre la droga, como soledad se atesora, como demora, a la muerte demora… y esa muerte que se viene sólo de a pocos sorbos de locura, que me nutre, que me ayuda. Decía que te confieso…  ironía es siempre y sólo es ironía.

Encontrarás entonces en mi pupila avaricia y masoquismo. Quisiera saber cuánto dolor soporto, me creo de hierro, como una nave, metal, como un extraterrestre sin terreno, sin emociones, sin sentimientos, con una mente ágil y poderosa, pero aun cuando siempre lo intuí así, tal cual un video de electrónica veloz, como todos los abismos juntos, un viaje atroz… aun en la simple corriente del agua transparente corren ilusiones, ¡oh! Miro hacia dentro y yo, pues, de hierro no soy.

Eternidad condicional, aun cuando pareciera haber algo o alguien al final, sólo se puede tratar, lo que sea tratar, con las alas rotas y un imán.

Entonces entiendo bien que la locura tiene toda una amplia y extensa jerarquía,  niveles, subcategorías, cosas de sentires, cosas de haberes, pura energía cinética emergiendo, si yo supiera cómo igual tampoco podría detenerlo. Honestamente la locura ya me está enloqueciendo. Viene la paradoja, me despoja, me arrebata, viene la moral con toda su manta, las patrañas ya sin vida y la vida que se pasa.

Me señalas, te ríes conmigo, me odias y me amas, quién soy para evitarlo pero quién sos vos para disfrutarlo acostillas mías. Me sigues señalando y te hinchas de envidia, haces contrabando con cada palabra dicha, cada vez entiendo menos pero después de cada noche vuelve el día. Un ciclo eterno, una eternidad condicional, todo es tan pero tan igual que a la vez existe diferencia, las versiones se actualizan y se extingue la inteligencia. A éste punto no sé qué será mejor o peor, el tiempo inerte sin sentir nada, el tiempo vivo en el ciclo eterno del sentimiento y la emoción, culpando a los demás por la propia condición, pero es la naturaleza, perversa o tal vez la ilusión de ser algo más que todo esto, una hoja que libre se mueve con el viento pero atada está a su tallo para poder seguir creciendo… Te dije es y siempre es ironía.

Tal vez algún día también me extinga, el lujo de desaparecer por “magia” no se me va a conceder, seguiré creyendo por ratos que soy de hierro o que soy extraterrestre, vengo de otro terreno, de otro milenio, viajo en el metal de mi cuerpo, una nave espacial, me cubro con un velo, moribunda la ciudad en silencio el campo con veneno, hay y no igualdad, la energía viaja creando electricidad, si un día vuelves la ceguera seguirá. El sentido no es capaz, ya no es capaz. Es sólo la ironía una vuelta y otra más.

Ana Lía Casvar

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