Querido extraño, te he encontrado, te habías
mantenido callado durante tantos años, estabas más cerca de lo nunca
pronosticado. Puesto que te he encontrado me parece súper raro todo esto, no
tiene sentido ni se lo quiero buscar, tampoco me ilusiono como si se tratace de
un arcano, de una aventura en silencio ni de un amor a los mismos cuatro
vientos. Esto no es nada, es tiempo compartido.
Me desquicié la cabeza la
semana pasada con tu cara en mis ojos todo el día, me auto decepcioné, el nivel
de estupidez fue increíble. Ahora sólo puedo pensar en que hay compañeros de
vida, y el amor fue, es y seguirá siendo un rayo de luna en medio de la noche y
de la selva que es nuestra cabeza, moviéndose de un lado a otro para jugar con
nuestros sueños, esperanzas y necesidades, qué tontos somos… Hasta es
irrisorio.
Tienes una cara de niño que me hizo envidiar
los early-20s, y he pensado mucho en mí a esa edad, qué triste, era tan
inocente aun para entonces, pero bueno ya eso es pasado y un lugar al que nunca
volveré. Así se pasa todo tal vez, y lo único que nos queda es la decisión
segundo a segundo que tomamos para vivir.
Eres alto, bastante alto como los altos que
siempre me han gustado, y tu boca es roja y carnosa como siempre me han atraído
las bocas. Creo que me he dado cuenta que aunque me entiendes bastante más que
el resto, (seguro estoy tan loca que ya ni me entero del nivel de mi propia locura), percibo de alguna forma que no me
entiendes más allá, pero no es tu culpa, querido extraño, es mía y de todo lo
que soy, tenga lógica o no, es algo con lo que no se puede luchar, aunque tal
vez mejore, no lo sé.
A veces no te dejas fluir estando a mi lado, lo
he meditado bastante y considero se debe a que aun vas descubriendo el mundo,
procesas tanta información que es posible que te trabes o incluso que no hayas
aprendido a estar en paz con tu propio ser, ni con todas y cada una de sus
versiones alternas, incluso las más discordantes. Es todo un juego mental esto,
y se lleva un poco de tu adaptación al ambiente, porque empiezas a crear el
propio entorno según tu propio universo.
Ya comencé con mis profundidades, disculpa que
divague, mi cabeza tampoco para, dispara, eso sí.
Eres lindo, hueles bien, como todo un semental
a tu edad. Pero qué voy a estar sabiendo yo de esas cosas, cuando me entero que
mi vida ha sido tan distinta me asusto un poco, porque no sé en qué mundo he
estado viviendo y creo que ha sido en el mío con leves asomos al de los demás.
Es curioso, pero más allá del misterio y enigma internos que me causan como un
vacío de nerviosismo en mi estómago, no llego a nada porque ocupo primero subir
escalones, y entenderlo poquito a poco. Su materia es delicada.
Así que querido extraño, esta es mi última
carta, no sé si la vayas a leer realmente, ni siquiera sé si sea prudente, has
de huir asustado, curiosamente tuve una visión de ello y me causó gracia.
¿Huirías? Pero aunque sigues siendo un extraño
supongo ya me conoces bien sin saberlo, o lo harás cuando leas y releas todas
mis cartas y descubras mis más insólitos secretos, arrebatos y deseos,
comprenderás que he cambiado, o que me he hecho inmune, un poco difícil de
especificarlo. Tampoco hay necesidad de a todo ponerle un nombre, una
etiqueta, alguna letra o un párrafo.
Me despido extraño con nombres y apellidos, con
piel blanca y manos grandes, con sonrisa de conquistador innato. Me despido
porque ya no ocuparé escribirte cartas, me resulta ya innecesario. Y sin embargo, espero mantegamos algún contacto.